miércoles, julio 26, 2006

...Me han pasado tantas cosas que mejor quisiera dormir...


No hay nada como una buena sesión de folk para esos días de terrible resaca física y moral.

Joni Mitchell es quizá la mejor cantante que ha existido en la música popular actual o al menos la más influyente . Nadie, absolutamente nadie puede cantar como ella. No se trata sólo de hacer malabares con la voz, se trata de sentir los pedazos de su alma salir al entonar cada nota. Se trata de sentir que su voz te acaricie el rostro mientras te desgarra por dentro.

Con razón tantos cantantes, hombres y mujeres, consideran a este disco como su biblia. Una Jonni joven, quizá algo inocente, nos hipnotiza con su guitarra y su voz y sus letras sumamente personales. Folk, pop e incluso algunos esbozos de la etapa jazzística que habría de venir pueden apreciarse en este clásico de 1971.

Después llegaría más pop ,más jazz, más experimentación y muchos buenos discos, pero ninguno con la preciosa sencillez y la honestidad emocional que representa este Blue.

Enigmática, reclusiva, contradictoria, como los grandes artistas...


Jonni Mitchell-Blue

martes, julio 11, 2006

...Lucecitas de Sabores...

Primero que nada una disculpa por mantener abandonado este espacio, pero me encontraba fuera de la ciudad y no tuve tiempo para estar actualizando. Y como lo prometido es deuda, he aqui el post que le debía a la Mariposa de Trapo (novia de mi querido amigo Bieno) sobre los fabulosos Flaming Lips y su mejor disco: The Soft Bulletin.


Después de más de una década de tocar sus guitarras desafinadas, meterse todas las drogas que encontraran, tocar indie pop ruidosón, pasar de la independencia a una disquera multinacional (sin perder un ápice de integridad artística), hacer un disco para ser escuchado en 4 estéreos al mismo tiempo y hasta aparecer en un episodio de Beverly Hills 90210, los labios-ardientes decidieron crecer un poco, afinar sus liras, escuchar más a Brian Wilson y seguirse metiendo drogas, todo ello con la simple finalidad de crear un precioso álbum lleno de felicidad meláncolica. Fue probablemente la mejor música que apareció en el 99; mientras la gente escuchaba a Britney, Ricky Martin y Limp Bizkit, los Flaming deleitaban a sus fans con una obra magistral. Dandole cuerda a sus inquietudes experimentales y a la vez mas melódicas, algo asi como su propio Pet Sounds o el Sgt. Pepper de fin de siglo. Me hubiera gustado participar en la creación de un álbum así, aunque hubiera sido tocando el triángulo, las maracas o trapeando los pisos del estudio.

Este disco es, me atrevo a decirlo, perfecto. Cada una de sus 12 canciones es maravillosa, arreglos vocales y toques electrónicos majestuosos, la vocecita frágil de Wayne Coyne es más dulce y bonita que nunca y la producción del maestro David Friddman y el exacto uso de los distintintos instrumentos simplemente es impecable. Escuchen "Race for the Prize", "A Spoonful Weights a Ton", "Waitin' for a Superman", "Buggin" y todas las demas para luego explotar en mil cachitos de felicidad y éxtasis. Es como si metieras Pink Floyd, los Beatles, los Beach Boys y a los mismos Flaming en una batidora y luego hicieras un pastel

Este es uno de mis discos (más) favoritos, y en estos tiempos de incertidumbre social y personal, no hay nada mejor que escuchar musica bella y mandar al demonio todas aquellas cosas absurdas que nos acongojan y simplemente tratar de ser felices y aventar confetti a las calles mientras cantamos como si fuéramos niños otra vez. Ya que como ellos dicen, "ya no va a venir Superman a salvarnos", solo nos tenemos a nosotros asi que es mejor empezar a estar conformes con ello.

¿Cómo algo tan triste puede ser tan bello? ¿Cómo algo tan hermoso puede ser tan depresivo? ¿Como unos pinches viejos cuarentones pueden ser mejores que cientos de bandas jóvenes? Que miedote


The Flaming Lips-The Soft Bulletin

sábado, julio 01, 2006

... Morir luego de un coma diabético..


Se supone que este disco debería ser malísimo. Tiene toda una combinación de ingredientes para serlo.

Se supone que debiera ser el álbum en que Snow Patrol saltaría abiertamente hacia un público más "adulto-contemporáneo"y abordaría el vagón de las rolas simplistas, cursis, poco imaginativas y faltas de calidad.

Se supone que este sería el trabajo que los haría llenar estadios y vender millones y millones de discos en todo el mundo (a la Coldplay, Keane, etc.) pero a costa del desdén de la crítica.

Se supone que yo no tendría que estar escribiendo estas líneas y debiera mejor ocuparlas para darle promoción a propuestas poco conocidas, que me hicieran lucir como el super conoisseur indie kid que debo ser.

Se supone que las verdaderas buenas canciones no pueden ser melodías azucaradas con vocación absoluta de hits, de esas que se pegan en tu cerebro a la primera o segunda escucha.

Se supone que las letras sencillas -casi adolescentes- de corazones rotos, amores imposibles y relaciones malogradas no debían ser consideradas como pequeñas muestras de perfeccción pop ni mucho menos llegar tan profundo en el alma.

Se supone que el tiempo cura siempre las heridas y que ayuda a olvidarlo todo.

Se supone que este no debería ser un discazo, pero lo es.

Snow Patrol-Eyes Open